El ejercicio consisia en hacer un relato que contuviera el mayor numero de palabras con cras, cres, crus, cris, cros.
Sonó el teléfono. Eran las 6 de la mañana. Cristina y Cristóbal despertaron. Tenían que llevar un importante y urgente pedido a una marisquería muy exigente que estaba en la cresta de la ola. Aunque su matrimonio atravesaba una cristalina crisis, los dos luchaban por él oliendo a pescado. Cargaron los crustáceos, se montaron en su moto de cross y raudos se encaminaron a la Calle San Crespo.
Iban con el tiempo justo. Había atasco. Cristóbal decidió subirse por la acera. Craso error. Un peatón se asustó. Hizo un gesto que lo confundió, para evitar atropellarlo dio un volantazo y fue a incrustarse en un escaparate. Rompieron la cristalera, miles de trocitos de cristal saltaron por los aires, se metieron dentro de la tienda de plantas, a su paso arrollaron las rosas , las crisálidas y los crisantemos que turgentes se mostraban hasta ahora. Casi se parten la crisma. El dueño, Crescencio, no se crispó mucho por el incidente, aunque la verdad, aquello quedó hecho un Cristo.
Manuel Monroy 2018